Por Ximena Santa Cruz Bolívar
¿Podemos Recuperar el Sentido de la Navidad?
¿Es Posible una Navidad sin Regalos Excesivos?
El Día de la Celebración de la Navidad
Trabajemos por inventar una comida navideña que exprese toda la felicidad de estar juntos, regalemos pequeños obsequios ya sea construidos por nosotros o de valor simbólico, a veces los niños son más felices con un simple juguete creativo y barato que con costosos aparatos llenos de controles remotos y pilas que se agotan con facilidad. Los antiguos cubos de madera los palitroques las muñecas de trapo y los autos resistentes son esos juguetes que acompañan a los niños por largo tiempo.
Recuerden sus propias navidades y juguetes preferidos. ¿Eran acaso los más costosos? Seguramente los preferidos fueron los que les permitieron poner en juego las habilidades creativas y expresivas, los juegos de roles y las actividades al aire libre...
Todavía recuerdo una carpa de indios que me acompañó por muchos años y en la cual acampamos por varios veranos en el jardín de la casa y cómo simulábamos por días completos un camping al aire libre.
O un anti-juguete que era un palo con ruedas de un carrito, que servía para tirarse rodando desde una pendiente no muy alta y ocasionaban maravillosas risas por las abruptas caídas.
Recuerdo enormes construcciones de cubos de madera acuñados por años de años que junto a mi hermana guardábamos celosamente de la entrada de los adultos que podrían derrumbar este mundo etéreo y mágico que armábamos y desarmábamos a voluntad.
Recuerden con cariño sus infancias y busquen cuando perdieron la capacidad de asombrarse con lo pequeño y hermoso de la vida.
Y trabajemos para que nuestros niños puedan trascender de los "monos japoneses" y los aparatos plásticos inventados por la última tecnología de oriente.
Acompañemos a nuestros hijos a redescubrir el goce de lo sencillo a ver y observar el entorno, a plasmarlo sin vergüenza ni inhibiciones en dibujos o escritos. Permitamos que abran la puerta hacia el contacto con el mundo interior, con las emociones y con los demás. Desarrollemos en ellos la confianza por la vida y los demás seres humanos y seres vivos, invitémoslos a vivir en el respeto y la armonía con la existencia, a observar los ciclos de las cosas y a entender las dinámicas de la naturaleza, de lo vivo. Es una hermosa oportunidad para desarrollar esa manera de vincularnos desde una experiencia de aceptación, en una mirada matrística del mundo, es un buen momento, para intentarlo
Es un desafío llevarlo a la práctica pero es posible que logremos que nuestros hijos sean personas diferentes, atentas a lo interior y las demás personas, que vivan de una manera diferente y construyan una manera diferente de vivir en mayor armonía con la vida y el planeta. El solo hecho de intentarlo ya constituirá un inmenso aporte...
...Y que esta sea de verdad un muy feliz, feliz navidad de encuentro, intimidad y cariño con los suyos.