Básicamente sostiene que la Naturaleza es el mejor "médico" de los seres humanos. De acuerdo a este principio la clave está en potenciar la salud de las personas (entendida ésta como la actividad funcional del organismo) y no en "combatir las enfermedades". Para ello es fundamental preservar la armonía de los seres humanos con los ciclos naturales del universo y principalmente restablecer el "EQUILIBRIO TÉRMICO DEL CUERPO".
Este enunciado se constituye como fundamental en esta práctica médica y se basa en la convicción de que es primordial mantener la temperatura normal del organismo (37º centígrados) tanto en la superficie del cuerpo como en sus entrañas.
Así, una dieta sana y equilibrada que posibilite una buena digestión, una normal respiración y un adecuado proceso de desintoxicación a través de la piel, van a representar las claves medulares de la Medicina Natural.
Es importante añadir además que para Lezaeta este equilibrio se entiende como un todo integral, esto es, que la salud del cuerpo implica asimismo la armonía emocional de las personas.