por Claudette Duchesne Berner
Yo me enteré de su existencia cuando la ciencia médica no pudo ofrecer alivio a la artritis reumatoidea que me mantuvo postrada por años en plena juventud.
Cuando ya no tenía nada que perder, decidí intentar este Sistema absolutamente distinto al que había seguido hasta entonces, el que -al igual que a don Manuel-, me significaba cambiar no sólo de terapia, sino de hábitos de vida. De esta forma, sin haberlo conocido en persona, hace más de 30 años recibí los frutos de sus desvelos, recuperando por completo la salud.
En septiembre de 1959, con motivo de su fallecimiento, un periodista uruguayo resumió en pocas palabras la personalidad de don Manuel Lezaeta, refiriéndose a él como:
"hombre de ciencia y de conciencia, distinguido y talentoso, cuya obra de bien y de amor a la humanidad no podrá olvidarse jamás".