Por Jaime Valenzuela
Nuestro lugar de trabajo como en donde vivimos es de suma importancia para la higiene y salud psicofísica. La falta de aire, la contaminación son focos de evidentes enfermedades.
Desde el punto de vista personal pienso en esas personas que tienen una bonita casa cuando de un tiempo a otro las necesidades de esta cuidad les invade su espacio destruyendo su entorno para crear un edificio de 12 o más plantas con el objetivo de cubrir las necesidades de la sociedad.
¿Dónde queda entonces la calidad de vida de esas personas? Pierden así parte de su historia personal.
La casa será nuestro refugio u oasis donde beberemos la tranquilidad y el amor con nuestros seres queridos.
Para mi resulta muy gratificante trabajar en mi pequeño jardín liberando a mis plantas de la cizaña, permitiendo que las pequeñas plantitas disfruten de igual forma de su espacio que, la tierra sea removida para que, respiren y cortar aquellas ramas que impiden el crecimiento, así voy tratando de que mi equilibrio exterior sea también un reflejo de mi equilibrio interior.
Nuestra casa interior puede además poseer características saludables, tanto en la proporción como en sus elementos. Maderas, colores, en fin un ambiente saludable para nuestro desarrollo personal.