TRASTORNOS ALIMENTARIOS

María Jesús Bacigalupo

I. INTRODUCCIÓN

II. ANOREXIA NERVIOSA

III. BULIMIA NERVIOSA

IV. FACTORES DESENCADENANTES

V. TRATAMIENTO

II. ANOREXIA NERVIOSA

¿Cómo podemos darnos cuenta de que estamos frente a una Anorexia Nerviosa?

Algún día empezaste a pensar que tu ropa no te quedaba como tú querías y que te sobraban unos kilos. Se acercaba el verano o una ocasión importante y decidiste empezar a controlar más tu comida para bajar de peso. Empezaste a no echarle azúcar a tu café y a suprimir ciertos alimentos porque escuchaste que engordaban. De pronto te diste cuenta que tu repertorio alimenticio se redujo al mínimo, comes muy pocos alimentos y en muy pequeñas cantidades.

Ahora tu familia te dice que comes muy poco y tú lo niegas. Cuando tienes el plato enfrente cortas todo en pedacitos muy pequeños y repartes la comida por todo el plato, para que no se note que dejas casi todo. Te interesa mucho saber cuantas calorías tiene cada alimento y tratas de consumir las menos posibles. El revisar la información nutricional en los envases se ha vuelto una obligación para ti.

Actualmente te pesas y te miras constantemente al espejo para comprobar que tus esfuerzos han dado resultado. Dedicas mucho tiempo a la actividad física y te esfuerzas por realizar ejercicios más intensos que te permitan bajar de peso más rápidamente.

Consideras que perder peso es un logro, un signo de extraordinaria disciplina. En cambio, ves el aumento de peso como un fracaso inaceptable, una pérdida de tu autocontrol.

Puede que estés muy preocupada si te toca comer en público, que tengas una gran necesidad de controlar el entorno y de buscar la perfección en todo.

Probablemente, con todos estos esfuerzos has perdido peso, pero podría apostar a que no te sientes mejor, pese a haber adelgazado no te gustas y andas mas triste, las cosas ya no te ilusionan como antes y has dejado de hacer aquello que antes te gustaba mucho.

Puede que tu familia este muy preocupada e insista en llevarte al médico, pero tu te opones diciendo que no te pasa nada. Sin embargo, has empezado a notar que se te esta cayendo el pelo, que estas ojerosa, andas con frío y tus manos siempre están heladas. Aunque quieres seguir haciendo ejercicio, te sientes cansada y ya no rindes como antes. Tu piel ha tomado un color amarillento, notas que tienes mas vellos, probablemente ha desaparecido tu menstruación y tu cuerpo se ve como el de una niña bastante menor.

A medida que todo esto avanza vas sintiendo que vales muy poco, no te gustas y crees que tampoco le gustas a los demás. Puedes sentirte deprimida, ya no te juntas con tus amigos, andas más irritable y probablemente has perdido el interés por el sexo. Claramente ya no eres la misma, has perdido peso ¿qué más has perdido?