El disco "octubre" tiene la virtud de trabajar la intimidad y el flujo de las emociones. Es un trabajo de piano y teclados con algunos toques de percusión y flautas en algunos temas que si bien nos recuerdan a George Winston, nos trasladan a esa dimensión que siempre evadimos: la nostalgia, el reposo y la conexión con nosotros mismos.
"Octubre" no pretende virtuosismos ni notoriedad, es más, se distribuye de manera personalizada y está dentro de una serie de 4 CDs dedicados al trabajo interior: uno para Reiki otro para relajación y terapias de energía y otro para armonización de los chakras, en el que cada tema está afinado en la nota correspondiente y los recorre uno a uno en orden ascendente. Todo esto dentro de un marco de discos producidos cariñosamente por él mismo, con hermosas fotos tomadas en el Cajón del Maipo y el litoral chileno. Es un valioso esfuerzo con un resultado interesante para ser entregado en espacios de terapia y encuentro con la interioridad.
Jorge Herrera trabaja con mucha delicadeza los espacios y ambientes y, poco a poco nos va sumergiendo en el clima emocional, develándonos secretos que uno guardaba para más tarde, o conectándonos con la calma y la nostalgia que cabe en cada uno de nosotros.
El disco Octubre es trabajo personal, que nos invita al silenciar los pensamientos y a conectarnos con nuestro ritmo interior; sin perder el flujo propio de la vida. Incluso el tema "Con el silencio" que parte con una lluvia en su casa del Arrayán, nos trae esos sentimientos de intimidad nostálgica, de quedarse en casa, cobijados mientras afuera todo transcurre. Con sus armonías va urdiendo y desanudando historias y emociones que movilizan al auditor, para en el siguiente tema; de la mano de un mar que rebota contra la playa, transportarnos "Dentro del mar" a esas sensaciones de contemplación que uno se permite frente a la inmensidad del océano.
En el tema "Un regalo", con más intensidad y percusión, invita a un estado ascendente del ánimo evocándonos el mismo tipo de emociones que despierta el disco "Contemplación" de Pedro Aznar. En este tema Jorge Herrera retoma el trabajo con el Bajo eléctrico, instrumento con el cual se inició en la música.
El tema "en comunión" que parte con un solo de quena sobrecogedor, que es una invocación a las alturas, con el toque sutil del viento casi andino pero que más recuerda las melodías de los indios norteamericanos, que las penas lloradas por las flautas nortinas. El disco se cierra con un agua fluyendo y un piano para crear los colores del "atardecer" -como se llama el tema final- pintando cada uno de ellos a través de las notas de un piano reposado y muy bien texturado.
Un bonito trabajo, honesto y sin pretensiones. Para los que se los preguntaron, sí, es el hermano de Pablo Herrera que lleva años trabajando en música con un estilo propio.