Este disco del eximio bajista y maestro de muchos bajistas chilenos, crea un disco de fusión con una increíble mezcla de sonidos del jazz fusión, la música tecno y el ritmo de la música ritual mapuche. Holman pertenece a una asociación mapuche, KallfuliKán. Allí aprendió sobre la cosmovisión Mapuche adentrándose en muchos de sus conocimientos y la sabiduría que ella implica.
Presenta el disco como un homenaje a la música ritual de nuestra ancestral etnia aclarándonos que no es una reproducción de este tipo de música, sino una manera de acercar al auditor a una diferente manera de ¨oír¨. Devela sutilmente que la música en otras culturas puede estar ligada a la espiritualidad y no a la estética y placer como es costumbre en la concepción que tenemos habitualmente.
Nos invita a reconocer sus sensaciones vividas por él, en machitunes, guillatunes y matetunes a las cuales se acercó de la mano del machi Manuel Lincovil. Parte con un intenso y rítmico tema llamado Choike y Cueca, en el que trabaja dos aspectos diferentes con el mismo bajo (Fredless), por una parte la línea melódica con increíbles frases de melodía pegajosa y por otra la base rítmica, pulso y clima, con el mismo bajo además de teclados, tocados por el autor.
Roman mapu, el segundo tema despliega la fuerza de los tambores mapuches tocados por Holman internándonos en un trance ritual realzado por voces humanas y trompe. A Kallfulikan el tercer tema del C.D. , con bajo Funk y una batería sutilmente tocada por Sergio González (Tilo González de Congreso) inevitablemente nos hace movernos al ritmo de la percusión mientras el bajo frasea con cadencias ondeantes. Se cruzan teclados tecno y el bajo melódico que urde la melodía, mientras la percusión y las trutrucas dan el apego a tierra, el peso que conecta la música con las vísceras. Continúa Purrín eléctrico que con una base electrónica marca un pulso con acento en el inicio de cada compás, típico de la música ritual para inducir a estados de trance, mientras trutrucas y voces van haciendo un bajo caminante (Walking Bass)- forma típica de fraseo del bajo de Jazz – pero con tonalidades y armonías de la música mapuche y de otras etnias de nuestro continente. Los juegos de voces y percusión se cruzan e intercalan alivianando el peso de la composición.
Cada tema sorprende por las texturas de los sonidos tocados con instrumentos mapuches. Es notable cómo intercala melodías conocidas de Congreso en "Hijo del diluvio, Mapuche ül" junto a Joe Vasconcelos y Tilo González que traen a la mano el sonido del grupo Congreso- al cual también pertenecieron hace unos años Holman y Vasconcelos-. En este tema surge en el bajo el sonido del canto del machi en medio de los cruces melódicos. Los temas que siguen abordan cada uno un esquema propio con elementos nuevos en las bases electrónicas, conservando siempre la identidad mapuche usando el bajo y los ritmos o los instrumentos mapuches para evocar la sensación y clima deseado. Metawe es un cántico sutil y rítmico que crea un extraño clima en suspenso que reescribe en el tema final con Marcelo Peña en el "Duo de Metawe", en un juego de percusión entre bajo y tambores. En ambos temas Peña se escucha en el canal derecho mientras que Holman en el canal izquierdo.
Achawal ül un tema magistralmente tocado por Ernesto Holman recuerda el virtuosismo estilo Jaco Pastorius pero en sonido autóctono. Holman intercala trozos del estribillo de la canción nacional que sorprende al auditor tatareando impulsivamente una melodía familiar que luego reconoce como "¡Ah! La canción nacional..." W. R. Trekan sigue develando a un Holman eximio bajista que frasea y construye melodías a partir del bajo y usa también el bajo como sonido percutante que vibra en el cuerpo del auditor. Un disco muy excepcional financiado por Fondart, que llena de espíritu e identidad ancestral a la música nacional. Indispensable en la discoteca de músicos y aficionados a la música étnica y de culto.