El último disco de este vanguardista compositor y guitarrista, es un delicado y hermoso trabajo de guitarra y percusión.
Tal como el mismo Alberto Cumplido nos lo señala, él tiene vínculos con dos grandes creadores en el ámbito de la fusión, que también hacen de la guitarra su brazo expresivo: Egberto Gismonti y Ralph Towner. Este último, conocido por su participación en el grupo Oregon y pionero de la fusión, jazz y música Hindú-oriental.
Junto a Ricardo Vivanco, ex-percusionista de Congreso, construye un disco que da cuenta de su madurez musical y lo retorna a su esencia en el camino de la creación. Lleno de texturas, intimidades, nos entrega trozos de su historia, de sus relaciones familiares.
Con paciencia organiza sus creaciones paseándonos desde la quietud del espíritu hasta los ritmos más inquietantes de la mano de la Bossa nova. A ratos, con giros clásicos de la guitarra romántica y latinoamericana (al filo de H. Villalobos) nos cuenta como viaja desde la intimidad suspendida y secreta a la más sorprendente movilidad rítmica mundana con armonías brasileras y latinas. Esto es particularmente claro en "Poética" el primero de los temas del disco.
El tema Tango se construye en ritmo de bossa y armonías brasileras pero en tonalidades tangueras. La síncopa jazzística liga cada una de las frases y de la mano de la percusión crean un clima ascendente que activa al auditor.
"Lucarna", dedicado a su hijo Tao, crea un clima de gran recogimiento e intimidad, esa emoción nostálgica de recuerdos lejanos en el tiempo y en la distancia. Llena de arpegios asociados a armonías románticas llega a la nostalgia contenida de un suspiro suspendido, directo en el pecho. "Un ángel" dedicado a su hijo David continúa en la misma intimidad y nostalgia pero esta vez juega con historias de índole infantil. Juguetea sube y baja, con misteriosos giros se esconde y reaparece. Un tema con más texturas y cambios rítmicos que el anterior.
Los dos temas dedicados a sus hijos son interpretados por él sin acompañamiento de percusión. Ya el quinto tema -"Mercado"- retoma un ritmo más latinoamericano y la percusión juega un rol relevante en los climas y en el énfasis. De la mano de plumillas y baquetas la guitarra pasea en arpegios brillantes de corte brasilero y folklórico.
"La Soledad de los Dioses" es una composición que nos invita a un paisaje desconocido, lleno de suspenso, en que la percusión juega un rol fundamental, creando un suspenso indescriptible, casi hermético. La guitarra es usada también como percusión. "Mitus" continúa con un lenguaje más contemporáneo que sorpresivamente llega a ritmos de cueca y otros pulsos latinoamericanos y hasta flamencos, que parecen desembocar a tónicas familiares, que finalmente siguen en ese clima de suspenso, propio de la música atonal que es una de las escuelas de Cumplido.
"Eólico", tema que da nombre al disco, en honor al dios del viento Eólos, recuerda en su nombre una serie de conceptos arcaicos como el arpa eólica, conocida en el antiguo Egipto y otras tradiciones. Es un tema evocador suspendido y etéreo, casi inexistente por separado del resto del disco. Evoca soledades, silencios, quietudes, calma, …respiro.
"Danzak" es un homenaje a Egberto Gismonti que fuera profesor de Alberto Cumplido. Lleno de citas a temas del mítico músico, como Lloro y otros temas de "En Familia","Dança das cabezas" o "Solo", es una creación en que la guitarra recorre armonías del Brasil con la persecución casi amenazante de la percusión. Mucho flujo en la creación con el ánimo de fiesta propio del homenajeado.
Un disco maduro que vuelve a la esencia de la composición y la interpretación. Es un trabajo hermoso, interesante, depurado. Una síntesis de indudable calidad y con un lenguaje propio de un compositor de envergadura internacional.