Por otra parte, si pensamos en nuestros conocimientos de la historia y, ya antes de ella, en la prehistoria, los testimonios predominantes de los cuales se han colegido las costumbres y usos del ser humano son sus manifestaciones artísticas.
De las cavernas a los dolmenes, de los templos a los palacios, de las vasijas de barro a los más sofisticados vasos de orfebrería; de los bisontes y ciervos pintados en las cavernas hasta los grandes pintores renacentistas y los siglos que siguieron, el arte de las formas y las imágenes que, permiten completar el conocimiento del hombre que produjo estas obras y de la sociedad en que estos artistas desarrollaron su trabajo.
No es difícil darse cuenta que nuestra vida está plagada de manifestaciones artísticas o de imágenes provocadoras de imaginación artística de las que no siempre nos percatamos; ejemplo de ello tal vez tenga la responsabilidad la educación que recibimos.