Nuestros cuerpos son nuestras herramientas.
Un buen obrero aprecia debidamente el valor de sus buenas herramientas y las conserva en el mejor estado posible: afiladas y limpias.
Cuando nuestros sentidos han quedado entorpecidos por el alcohol y el tabaco, cuando el sistema se ve obligado a ejercer toda su energía para dirigir o eliminar groseros alimentos, ¿ puede esperarse que el hombre sea sensitivo ? No podemos servir a Dios y al diablo: la elección es nuestra.
Si queremos poderes espirituales debemos pagar su precio, que es una vida inmaculada; debemos dar a nuestros cuerpos alimentos puros y sujetarnos a las reglas de la vida sencilla; debemos abstenemos de todo cuanto entorpezca los sentidos: alcohol, tabaco y otros abusos semejantes.
Bajo la antigua dispensación, el cuerpo de deseos humano era mejorado mediante la ley.
Y este trabajo se sigue efectuando así aún en la mayoría, la que está preparándose de esa manera para la vida superior.
La vida superior (iniciación) no comienza hasta que empieza el trabajo en el cuerpo vital.
El medio empleado para ponerlo en actividad es el Amor, o mejor dicho, el Altruismo.
Término utilizado en esoterismo, espiritualidad o, en el movimiento rosacruz.