Contrariamente a la idea generalmente aceptada, el Ego es bisexual.
Si el Ego fuera asexual el cuerpo sería necesariamente asexual también, porque el cuerpo no es más que el símbolo externo del espíritu interno.
El sexo del Ego no se manifiesta como tal en los mundos internos, sino como dos cualidades distintas: Voluntad e Imaginación.
La Voluntad es la fuerza masculina y está aliada a las fuerzas solares; la Imaginación es el poder femenino y está siempre unida a las fuerzas lunares.
Esto explica el predominio de la imaginación en la mujer y el poder especial que la Luna ejerce sobre el organismo femenino.
La división de los sexos se efectuó en un estado muy primitivo de la evolución humana, cuando el hombre no tenía todavía ni cerebro ni laringe.
Una mitad de la fuerza creadora fue entonces dirigida hacia arriba, con objeto de que esos dos órganos pudieran formarse.
El cerebro se hizo para la evolución del pensamiento, con el cual crea el hombre en el Mundo Físico.
La laringe también la hizo la fuerza sexual creadora, para que el hombre pudiera expresar, sus pensamientos.
La relación entre esos órganos y la fuerza que se expresa por los órganos creadores inferiores, se hará palpable si recordamos que el adolescente cambia de voz en la pubertad, esto es, cuando puede empezar a propagar su especie.
Además, el hombre que abusa de su fuerza sexual se idiotiza, mientras que el pensador profundo que emplea casi toda su fuerza creadora en pensamientos, tiene poca o ninguna inclinación hacia las prácticas amorosas.
Antes de esta división, el hombre, como algunas plantas actuales, era una unidad completa, creadora, capaz de perpetuar su especie sin ayuda de otro.
El voto de absoluta castidad sólo tiene que ver con las Grandes Iniciaciones únicamente, y aún entonces un acto solo de fecundación puede ser necesario algunas veces como acto de sacrificio, como sucedió cuando se proveyó el Cuerpo para Cristo.
En el estado actual de la evolución humana, la función sexual es el medio por el cual se forman cuerpos a través de los cuales puede el espíritu obtener experiencias.
La ciencia oculta afirma que la función sexual no debe usarse nunca para gratificar los sentidos, sino para la propagación solamente.
Por lo tanto, el aspirante a la vida superior debe negarse justificadamente al coito con su cónyuge, a menos que el objeto de él sea el crear un niño, y con todo y eso, cuando ambos gocen de perfecta salud —física, moral y mentalmente— pues en caso contrario, la unión produciría un cuerpo débil o degenerado.
Cada persona posee su propio cuerpo y es responsable ante la Ley de Consecuencia de cualquier mal uso resultante del abandono, por falta de voluntad, de su cuerpo a otro.
El aspirante a la vida superior puede triunfar solamente en proporción directa a la subyugación de su naturaleza inferior, pero debe guardarse muy bien de irse al otro extremo.
Concepto usado en el contexto de la filosofía, filósofos, pensamientos, ideas, reflexiones