El doble triángulo que contiene el Tau o cruz egipcia es el símbolo del Universo o Macrocosmo, la manifestación de la Divinidad en el tiempo y en el espacio, el Uno desdoblándose a sí mismo en la dualidad de Espíritu y Materia.
Los triángulos están entrelazados para denotar la unidad inseparable, y son dos para significar el Espíritu y la Materia, Padre y Madre.
El triángulo que tiene un vértice hacia arriba es el del fuego o Espíritu, y el que lo tiene hacia abajo es el del agua o Materia.
Cada triángulo, además, con sus tres lados y sus tres ángulos, simboliza la trina naturaleza de lo que representa.
La triplicidad del triángulo de fuego significa: Exitencia, Conocimiento y Felicidad, o Actividad, Sabiduría y Voluntad, o Creación, Conservación y Liberación.
Los lados son iguales porque "en esta trinidad ninguno es superior ni inferior, mayor ni menor que otro", porque todos son igualmente inmanentes en su naturaleza y por igual omnipresentes.
La triplicidad del triángulo del agua simboliza las tres cualidades características esenciales de la materia: Inercia, Movilidad y Ritmo (o Vibración).
Los doce lados iguales formados por el cruzamiento de las líneas de la figura consideradas en conjunto, representan los "doce grandes dioses" de Caldea y de otras religiones antiguas, los doce signos del Zodíaco, los doce meses del año.
Mucho más se podría decir de la significación del emblema.
La cruz ansata ha descendido en la Materia y está crucificado en ella, pero que ha resucitado de la muerte y permanece triunfante en los brazos del victimario ya vencido, y por esto se llama la "Cruz de Vida", y es símbolo de la Resurrección.
En las pinturas egipcias se puede ver que esta cruz se aplicaba sobre los labios de la momia cuando el Alma volvía al cuerpo.
La cruz ígnea, acodada o Svastika, es el símbolo de la energía vertiginosa que crea un Universo "abriendo huecos en el espacio", o dicho en forma menos poética, formando los torbellinos o átomos para la construcción de los mundos.
La serpiente que se muerde la cola es el antiguo emblema de la Eternidad, el círculo sin principio ni fin, en el cual crecen y mueren, aparecen y desaparecen todos los universos.
Tal es, en breves palabras, el simbolismo del Sello de la Sociedad Teosófica; en ingeniosa combinación resume las verdades de la Teosofía.
Coronando este Sello figura en caracteres sánscritos el sagrado monosílabo OM o AUM, y alrededor del mismo, el lema del Maharâja de Benarés: Satyât nâsti paro Dharma.
"No hay religión más elevada que la Verdad." (Extractos del folleto ¿Qué es la Teosofía? y de otras obras de Annie Besant).
Véase: Sociedad Teosófica.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.