(1552-1612) Emperador de Alemania.
Desde muy joven dio muestras de sentirse profundamente atraído por el mundo de lo oculto.
Llegado al trono del Sacro Imperio Germánico en 1576, se entregó a sus aficiones favoritas, dejando el gobierno en mano de ministros y consejeros.
Su corte fue lugar de encuentro para magos, cabalistas y, sobre todo, alquimistas, cuyo número llegó a varios centenares.
Protector de cuantos tuvieran que ver seriamente con el ocultismo, estuvo rodeado de notables personajes del ámbito hermético, sin olvidar figuras de gran prestigio científico como Tycho Brahe y Kepler.
Se ha querido achacar su total dedicación al hermetismo a cierta tendencia maníaco depresiva de su carácter, de la que dio muestras durante su reinado.
Expresión usada en alquimia.