Recientemente se ha empleado esta forma para designar al conjunto de creencias y prácticas religiosas relacionadas con las estrellas propias de la antigua sociedad grecorromana.
No se puede decir que hubiera una religión astral organizada como tal, con un sacerdocio, dogmas y escritos sagrados, pero ello no significa que dejara de existir un tipo bien caracterizado de creencia muy difundida e influyente.
Se extendió por el mundo griego y romano debido a la profunda influencia que ejercieron algunos escritos de carácter místico atribuidos a un supuesto rey Nechepso y a un sacerdote de nombre Petosiris.
Debido a ellos fueron divinizadas las estrellas, identificadas frecuentemente con divinidades tradicionales, e incluso se constituyó una jerarquía en relación con el zodiaco, incluyendo diez decanos y trescientos sesenta monodiari.
Se recurría a la práctica astrológica y se atribuía importancia capital al horóscopo.
Los planetas eran considerados dominadores del mundo, estando en sus manos el destino de los hombres.
Término asociada a la astrología o astronomía.