La Región Etérica es el dominio de las fuerzas que producen las actividades de la vida y de las formas, permitiendo a éstas vivir, moverse y propagarse.
El éter es el conductor por el que fluye la energía solar en los cuerpos densos de las plantas, de los animales y del hombre, y de esta manera es la base de la manifestación de la Vida y de la vitalidad.
Para el clarividente ejercitado, el éter es tan tangible como los sólidos, líquidos y gases de la Región Química los son para el hombre corriente.
Aquél ve que las fuerzas vitales que prestan vida a las formas minerales, vegetales, animales y humanas, fluyen en ellas por medio de los cuatro estados de materia etérica.
Los nombres de esos cuatro éteres son los siguientes: éter químico; éter de vida; éter luminoso; éter reflector.
Término utilizado en esoterismo, espiritualidad o, en el movimiento rosacruz.