(Del latín pluvia, lluvia). Epíteto que se daba a Júpiter cuando le invocaban a fin de que fertilizara la tierra por medio de lluvia.
En una antigua medalla se ve a dicho dios empuñando el rayo con la mano derecha, mientras que de la izquierda cae la lluvia.
En las temporadas de gran sequía los agoreros etruscos imploraban su protección llevando procesionalmente piedras consagradas.
(Véase: Lluvia).
Expresión utilizada en mitología.