El esquema evolutivo se lleva a cabo a través de cinco Mundos: Mundo del Espíritu Divino, Mundo del Espíritu de Vida, Mundo del Pensamiento, Mundo del Deseo y Mundo Físico; en siete grandes Períodos de Manifestación, durante los cuales los Espíritus Virginales, o vidas evolucionantes, se convierten primero en hombres, y después en dioses.
Los Mundos Superiores (más sutiles, finos y etéreos) son los que se crean primero y los últimos que se eliminan, mientras que los tres mundos más densos, en los que se efectúa nuestra actual fase de evolución, son comparativamente hablando, fenómenos fugaces, simples incidentes de la inmersión del Espíritu en la materia.
En terminología rosacruz, los nombres de los siete períodos son los siguientes: 1) El Período de Saturno; 2) El Período Solar; 3) El Período Lunar; 4) El Período Terrestre; 5) El Período de Júpiter; 6) El Período de Venus y 7) El Período de Vulcano.
Los tres primeros períodos mencionados pertenecen al pasado.
Estamos actualmente en el cuarto, o Período Terrestre.
Cuando este período de nuestro globo se haya completado, éste y nosotros, pasaremos a las condiciones de Júpiter, Venus y Vulcano antes de que el gran Día septenario de Manifestación concluya.
Los tres períodos y medio ya pasados han sido empleados en la adquisición de nuestros vehículos y conciencia actual.
Los tres períodos y medio restantes se dedicarán a perfeccionar esos vehículos y a expansionar nuestra conciencia hasta un punto equivalente a la omnisciencia.
Término utilizado en esoterismo, espiritualidad o, en el movimiento rosacruz.