Término utilizado en esoterismo, espiritualidad o, en el movimiento rosacruz.
Joseph Peladan (1850-1915), iniciado en el mundo del ocultismo como ayudante de Stanisias de Guaita, fundador de la Orden Cabalística de los Rosacruces (1888).
Se separó de su maestro para proclamarse Supremo Jerarca del Tercer Orden de los Rosacruces Católicos.
Ocultista francés.
Peladan decía ser heredero de un rey babilonio que le había legado el título de Sár.
En realidad era un católico con tendencia al misticismo, que estuvo vinculado a los grupos neorrosacruces franceses del s. XIX.
Fundó una orden rosacruciana que tuvo cierto éxito, pero que se disolvió al cabo de pocos años.
En 1892, Peladan tomó parte activa en el «Salón de la Rosacruz», otra institución de corte esotérico que reunía a artistas y ocultistas.
Escribió varias obras de narrativa, crítica y teatro.
No obstante, su libro más significativo lleva el sorprendente título de Cómo convertirse en mago.
En esta obra dice cosas como la siguiente: «La Magia es el arte de sublimar al Humano y de gobernar su alma. Animal: sé hermoso; anímico, sé bueno; espiritual, tiende a lo Perfecto, restringe tu vida animal, renuncia a las acciones cívicas.
El mago es un artista de la ciencia o un sabio del arte.
Si el alma del mago no es soberanamente bella, encama de manera deforme la verdad, y esta verdad deformada es a la vez error y fealdad.»
Al referirse a Peladan, uno de sus comentaristas, André Billy, dice que el mago católico, cuyo modelo proponía Peladan era una especie de eremita laico retirado a un oratorio donde no oraba por nadie.
Siendo un hombre libre sabía que no debía abusar de su libertad. Que era un ser superior a la ética común, pues su verdadera ética era la Belleza. Pelada» sintió, pues, la belleza como una manifestación suprema; una estética de corte esotérico que debería constituir el ideal de la magia. Su salón rosacruz pretendía sublimar ese concepto de la belleza haciendo de él una especie de culto místico-esotérico.
Peladan fue indiscutiblemente el animador principal de estos salones, después de haberse disuelto la orden rosacruz que había fundado, y de la que se había autonombrado nada menos que Supremo Jerarca del Tercer Orden de los Rosacruces.
La obra de Peladan cayó en el olvido durante bastantes décadas. Antes de la guerra mundial un ocultista belga se preocupó de divulgarla, formando, a su vez, un grupo de discípulos que siguen las teorías de su desaparecido maestro.