Shakyamuni relata la parábola de los tres carros y la casa en llamas: Supongan, dice el Buda, que un hombre adinerado vive con sus niños en una mansión grande pero venida a menso
Un día, de buenas a primeras, se produce un incendio en la casa, pero los niños están absortos en sus juegos y no lo notan
Primero el padre piensa en rescatarlos él mismo. Sin embargo, la casa tiene sólo una puerta, y él teme que algunos de los niños puedan morir víctimas del fuego a pesar de sus esfuerzos
Los llama entonces, avisándoles que están en el peligro. "Todos ustedes, salgan rápidamente afuera", grita. Pero los niños no saben lo que es "fuego" y no comprenden su advertencia explícita
El hombre, entonces, sabiendo que sus hijos gustan mucho de los juguetes curiosos y raros, los llama avisándoles que al lado de la puerta hay tres tipos de carros que ellos siempre han deseado: carros tirados por carneros, carros tirados por ciervos, y carros tirados por bueyes. Inmediatamente, los niños corren hacia la puerta para ver los juguetes deseados
Al salir de la casa, los niños exigen los carros que les había prometido el padre. Pero el hombre adinerado les da a cambio un carruaje mucho más grande y más fino, adornados con siete tipos de joyas y guiado por un gran buey blanco."Los tres carros que el padre había prometido representan los tres vehículos: el carro tirado por carneros era el camino de los discípulos que escuchaban la voz (Aprendizaje); el carro tirado por ciervos era le camino de los pratyekabuddhas (Comprensión Intuitiva), y el carro tirado por bueyes, el de los bodhisattvas
Pero el gran carruaje tirado por un buey blanco que el padre le dio a cada hijo era símbolo del estado de Buda, el vehículo único. En otras palabras, representaba la enseñanza mediante la cual uno puede manifestar su Budeidad"
(Haruo Suda en La sabiduría del Sutra del Loto: Diálogo sobre la religión en el siglo XXI, Sección 9, fascículo 5, p. 26)
Expresión usada en budismo y sus tradiciones.