La celebración de orgías, con seis componentes de embriaguez, desenfreno sexual y excesos de todo tipo, tiene un significado de llamamiento o de entrada en el caos.
Este volcarse en la ruptura de las normas obedece, precisamente, al cansancio producido por el sometimiento a lo regulado.
Por tanto, la orgía tiene una vertiente de explosión liberadora, de plenitud final.
En Roma se celebraban las saturnales, que tenían un origen muy antiguo, y en las cuales se daba rienda suelta a todos los instintos.
El Carnaval es asimismo una forma de liberación orgiástica en la que se busca «la confusión de las formas», invirtiéndose entonces todos los principios del llamado «orden social».
Ateniéndose a esta característica de liberación, de expresión máxima de ruptura con la normativa, de magnificación del exceso y de vuelta al Caos primordial, la orgía tuvo un carácter sacral en ciertas sectas y movimientos religiosos.
Expresión utilizada en mitología.