La obsesión es un estado en el que un espíritu desencarnado ha tomado posesión permanente del cuerpo de alguien, después de haber expulsado a su dueño.
La obsesión es el dominio que los malos espíritus ejercen sobre ciertas personas, con el fin de enseñorearse de ellas y someterlas a su voluntad por el placer que experimentan causando daño.
Si el espíritu en cuestión es perverso, arrastra a la persona cual si la tuviera dentro de una red, paraliza su voluntad y aún su juicio.
Le hace pensar y obrar por él; le obliga a cometer actos extravagantes a pesar suyo.
En una palabra, le magnetiza, le produce la catalepsia moral, y entonces el individuo se convierte en ciego instrumento de sus gustos.
Es necesario observar que en este estado, el individuo tiene a menudo conciencia de que lo que hace es ridículo; pero está forzado a hacerlo como si un hombre más vigoroso que él le hiciera mover contra su voluntad, sus brazos, sus piernas y su lengua.
Expresión usada en parapsicología y fenómenos paranormales.