Durante dicho estado se desarrollaba el don de profecía. Ambas expresiones son casi sinónimas
La una era tan honrada como la otra
Pitágoras y Platón lo tenían en alta estima, y Sócrates aconsejaba a sus discípulos estudiasen el Manticismo
Los Padres de la Iglesia, que con tanta severidad condenaban el furor mántico en los sacerdotes paganos y en las pitonisas, no dejaban de aplicarlo para su uso particular
Los montanistas, que tomaron su nombre de Montano, obispo de Frigia, a quien se consideraba como divinamente inspirado, competían con los manteis o profetas
"Tertuliano, Agustín y los mártires de Cártago figuraban en el número de ellos", dice el autor de Profecía antigua y Moderna
"Los montanistas, según parece, tenían semejanza con las bancantes, en el frenético entusiasmo que caracterizaba sus orgías" añade el citado autor
Hay diversas opiniones acerca del origen de la palabra Manticismo
Había la famosa Mantis, la Vidente, en los tiempos de Melampo y Preto, rey de Argos, y había también Manto, la hija del profeta de Tebas (Tiresias) que a su vez era profetisa
Cicerón describe la profecía y el furor mántico diciendo que "en las profundidades de la mente está oculta y recluída la profecía divina, un impulso divino, que cuando arde más vivamente es denominado furor", frenesí
(Isis sin velo)
[Véase: Soma.]
Expresión usada en parapsicología y fenómenos paranormales.