Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
La conexión entre la luz y la entonación (svara) de los Vedas es uno de los más profundos secretos del esoterismo. (T. Subba Row)
La luz es la mansión de Ormuzd, según los parsis; para apagar una luz, éstos hacen aire con la mano o un abanico, y si se trata de una candela, cortan el cabo encendido a cosa de unas tres o cuatro líneas por debajo del pabilo, lo llevan a su hogar y dejan que se consuma cerca del fuego
(Zend-Avesta, II, pág. 567).
Fenómeno omnipresente, cuyas manifestaciones conocemos bien, pero cuya esencia escapa en gran medida a nuestro entendimiento.
De ahí que sea símbolo preferido para designar lo inmaterial, lo espiritual, la divinidad, pero también la vida y la felicidad.
Es frecuente una distinción bastante neta entre la luz del Sol, que simboliza la inspiración y la contemplación espiritual, y la de la Luna, que por ser luz reflejada representa la forma de conocimientos mediata, la del pensamiento racional y discursivo.
A menudo la luz se define por contraposición con las tinieblas, que pasan a representar entonces la ignorancia, el embotamiento espiritual, la degeneración o la falta de evolución moral, la muerte, las desgracias o también "lo secreto".
Las nociones especiales "arriba y abajo" (, en el pensamiento simbólico también responden a las relaciones entre luz y tinieblas.
Casi todas las concepciones del mundo basadas en la dicotomía de dos principios fundamentales se remiten a la distinción entre luz y oscuridad, por ejemplo Ormuz y Ahrimán, yinyang, ángelesdemonios, espíritu y materia, lo masculino y lo femenino ,etc.
La idea de una elevación o tránsito de las tinieblas a la luz desempeña un papel importante entre muchos pueblos por lo que se refiere a la evolución colectiva y a la individual, de ahí que muchos ritos de iniciación de hayan construido sobre dicha dualidad.
La separación entre luz y las tinieblas como primer acto de ordenación interviene en las cosmogonías de muchos pueblos.
En ocasiones los místicos se refieren a unas tinieblas que están "más allá" de la luz del conocimiento (y no "debajo"), y que simbolizan la posibilidad esencial de conocer a Dios.
En las artes pláticas la iluminación espiritual de un personaje suele representarse por medio de una aureola, un nimbo o un halo.