(Griego). Hesíodo y Homero hablan de unos seres imaginarios, que son personificaciones de las causas inmediatas de la muerte.
Su aspecto es horrible; siguen a los guerreros en el campo de batalla y, lanzando miradas siniestras, se arrastran junto a los heridos y moribundos, clavando en el cuerpo de estos infelices sus garras formidables y chupando su sangre.
Expresión utilizada en mitología.