Los judíos poseen un código alimenticio que divide los alimentos en puros e impuros, y que proviene del libro bíblico del Levítico.
Entre los que no se puede comer están: camello, conejo, la liebre, el cerdo, los que son acuáticos y carecen de aletas o escamas, el águila, el quebrantahuesos, el milano, el abeto, el buitre, el cuervo, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán, el buho, el mergo, el ibis, el cisne, el pelícano, el celemín, la garza, la cigüeña, la abubilla, el murciélago, los insectos que andan sobre cuatro patas y son alados, la comadreja, el ratón, la tortuga, el musgaño, el camaleón, la salamandra, el lagarto, el topo y ningún bicho que se arrastre sobre la tierra.
Concepto utilizado en el judaísmo o, cábala