Pinturas de Cristo, de la Virgen o de los santos, realizadas generalmente sobre tabla, en estilo bizantino, que son veneradas en las iglesias griegas y rusas.
Durante el siglo VIII la Iglesia Griega vivió una etapa de gran perturbación a causa del movimiento iconoclasta de oposición violenta a este tipo de culto. No obstante al final se impuso la ortodoxia griega con un estímulo para el culto de los iconos.
La iconoclastia nació en el imperio bizantino amenazado por el Islam, desencadenada por el emperador Leon III el año 724, quien ordenó su destrucción.
El Papa Gregorio II se opuso a esta destrucción condenando al emperador y confirmado el culto a los iconos.
A partir de este momento se sucedieron los movimientos a favor y en contra. Así el emperador Constan-tino V Coprómino que sucedió a León III el año 740, mantuvo su aversión contra las imágenes, de tal forma que se llegó a considerar que la única imagen permitida de Cristo era la eucaristía. Su hijo, Leon IV, aunque también era iconoclasta no persiguió a los iconófilos, ni destruyó la imágenes. El año 780 hubo un período de tregua duradero que se volvió a romper bajo el gobierno de Constantino VI y Teófilo (829-842).
A la muerte de Teófilo, su esposa Teodora junto con un grupo próximo a ella logró poner fin a los inconoclastas, sustituyendo al patriarca Juan por Metodio Khenaloccos el año 843, con lo que quedó totalmente desterrado este movimiento y finalizado el duelo entre iconoclastas e iconófilos.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.