Los Hijos de la "Sabiduría tenebrosa", aunque idénticos a los Arcángeles que la Teología ha tenido a bien llamar "caídos", son tan divinos y tan puros, si no más, que todos los Migueles y Gabrieles tan glorificados en las Iglesias
(Doctrina Secreta, II, 259).
Término utilizado en esoterismo, espiritualidad o, en el movimiento rosacruz.