Ser fabuloso cuya cabellera estaba formada por serpientes, y cuya visión mataba a todo aquel humano que lograra contemplarla.
Para algunos analistas constituye un símbolo de la fusión de los contrarios: belleza y horror, movilidad e inmovilidad, etc.
Debido a esa característica supera las condiciones que puede soportar la conciencia, y destruye al que la contempla.
Expresión utilizada en mitología.