Escuela tibetana, "cortar", fundada por Ma-gcig Lab-sgron-ma, que tiene por objeto la supresión de la dicotomía existente entre el sujeto pensante y el objeto de pensamiento, pero los medios que propone son bastantes especiales.
El momento culminante de esta doctrina es la ofrenda que se hace del propio cuerpo a las potencias y divinidades, tras haberlo cortado simbólicamente.
Este sacrificio se debe realizar en un lugar solitario donde se evocan a los espíritus.
Cuando estos aparecen el meditante reconoce el carácter ilusorio de estas apariciones, ya que de no hacerlo así estas divinidades podrían aprovecharse del cuerpo del meditante.
No posee una implantación popular, aunque si se encuentra establecido en dos monasterios.
Expresión usada en budismo y sus tradiciones.