Término teológico que define la tendencia a restringir el poder de la razón en el conocimiento de las verdades de orden moral y religioso, y en particular en el establecimiento de la credibilidad de la fe.
Tuvo su máximo desarrollo en Francia durante el siglo XIX con Gerbert y Bautin.
Este último tuvo que firmar el año 1844 una declaración solicitada por Roma donde rechazaba como erróneas estas dos afirmaciones: "la razón sola no puede demostrar la existencia de Dios" y "la razón no puede determinar los motivos de credibilidad de la religión cristiana".
Concepto usado en el contexto del catolicismo y la Iglesia Católica