Hay dos palabras sánscritoritas que suelen traducirse como fe o creencia: sraddha y prasada.
La raíz de la partícula -da- dentro de sraddha, es "depositar", de modo que sraddha sería "depositar nuestra fe" o "hacer surgir la fe". Esto corresponde al primer estadio de la práctica budista. En las antiguas escrituras hinduistas conocidas como los Vedas, anteriores a los escritos budistas, sraddha se emplea con la acepción de "poseer curiosidad sobre algo" o "ansiar". Se dice que la fuente del sentimiento religioso es el asombro. Sraddha abarca los significados de asombro y de ansiar ese objeto de asombro. Es un sentimiento de respetuosa veneración hacia algo que está más allá de la experiencia inmediata de uno.
El que carece de esta clase de reverencia y vive gobernado por pasiones y deseos se llama icchantika, en los textos budistas. Es decir, quien no tiene fe en el Budismo ni aspira a la iluminación. La práctica budista comienza por despertar el sraddha. Luego, a medida que progresa la práctica, adquirimos la sabiduría que viene de experimentar eso que antes era inconcebible, y avanzamos hacia la iluminación y sus beneficios. En el Sutra Kegon se describe el sraddha como "el fundamento de la práctica" y la "madre de todos los beneficios". La "fe" es el sraddha, dentro del principio budista de ingresar en la Budeidad mediante la fe (Ishin tokunyu). Nichiren Daishonin escribe: "tener fe es la esencia del Budismo".
También hay otro término budista para hablar de la fe: prasada. Prasada expresa pureza y claridad, como en la imagen de una voz de timbre luminoso o del agua cristalina y límpida. Se lo emplea para describir el purísimo estado de vida de alguien que despejó su confusión a través de escuchar las enseñanzas del Budismo. Se lo traduce al chino a través de dos ideogramas que significan "fe pura". Este estado de fe pura nos brinda una paz permanente, que no se perturba ante ninguna circunstancia, y abre en nosotros la conciencia de la dignidad y de la igualdad de todos los seres vivientes. La función correcta de la fe es limpiar la mente, la vida y el corazón, restituirles pureza. Sólo cuando uno tiene pureza de mente y de corazón, logra hacer surgir su sabiduría inherente. La fe purifica la razón, la fortalece, la eleva. La "fe pura" es, al mismo tiempo, razón rigurosamente puesta a prueba y también fe purificada y perfeccionada.
Cuando escuchamos hablar por primera vez de las enseñanzas budistas, sentimos un maravilloso asombro respetuoso, y entonces surge en nosotros la "fe reverente" (sraddha). Así iniciamos nuestra práctica budista. Mediante el proceso de "creencia y comprensión" (adhimukti), cultivamos y perfeccionamos nuestra vida, y nos desarrollamos para lograr la conciencia de que todos los seres vivientes son iguales y que poseen dignidad sin excepción: he aquí la "fe pura", el prasada.
"Hay otra clase de fe, que en sánscrito se denomina bhakti. Es la fe ardiente y absoluta en una deidad. El significado originario de bhakti es 'compartir' o 'ser parte de'. Bhakti se emplea, por ejemplo, en referencia a lograr la inseparabilidad con Brahma, que según el hinduismo es el origen y el continente de todos los seres. Es una fe que conduce a la unificación con cierto ser místico que trasciende lo individual; implica una práctica en que el sujeto entrega su identidad a un ser superior. Bhakti suele utilizarse, a menudo, en textos indios, para referirse a la fe absoluta en una deidad, pero casi nunca aparece en textos budistas. Bhakti es una clase de fe esencialmente distinta de la que expone el Budismo".
Haruo Suda en La sabiduría del Sutra del Loto: Diálogo sobre la religión en el siglo XXI.
Expresión usada en budismo y sus tradiciones.