La Biblia emplea en el Antiguo Testamento la palabra "ruasch" para designar al Espíritu de Dios, que se describe como si se tratara de un atributo o agente divino capaz de actuar separadamente, pero siempre en armonía con Dios.
En el cristianismo se le considera integrante de la Santísima Trinidad, formada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y concebida como tres personas distintas y un solo dios verdadero.
Génesis (1;2): "La tierra era una soledad caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras el espíritu de Dios aleteaba por encima de las aguas".
Juan (14;15-18): "Si me amais, guardaréis mis mandamientos. Yo rogaré al Padre y El os dará otro Defensor, para que esté con vosotros siempre, el Espíritu de la verdad que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce. Vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y en vosotros está."
El Espíritu Santo ha sido representado simbólicamente como una paloma.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.