En Asía, cabalgadura de los soberanos y símbolo del poder, de la sabiduría, de la paz y de la felicidad.
El dios hindú Indra cabalga en un elefante; Ganesh, popular hijo de Shiva y vencedor de todos los obstáculos tiene cabeza de elefante.
En la India y el Tíbet se representa a un elefante como sustentador de todo el Universo; de ahí su habitual utilización en arquitectura a modo de cariátide.
En el elefante blanco el simbolismo del animal se asocia al del color; según leyendas budistas, el bodhisattva fue un elefante blanco antes de renacer como Buda en el seno de su madre la princesa Maya, por cuya causa los elefantes blancos se convirtieron en símbolo popular del budismo.
También venerado en África como emblema de la fuerza, la felicidad y la longevidad; algunos indicios de culto al elefante son ritos de magia propiciatoria por los cuales el cazador quiere hacerse perdonar.
En la Edad Media simbolizaba la castidad conyugal, porque según Aristóteles el macho vive en la continencia durante los dos años que dura el embarazo de las elefantas.
Por la misma razón se le atribuían las virtudes de la prudencia y templanza.
El Physiologus adorna esta creencia comentando que el retorno del instinto sexual se produce luego por ingesta de una mandrágora o partes de ella.
Representando junto con un obelisco recuerda que la vinculación entre el elefante y un árbol de la sabiduría, o de la vida, noción que aparece por primera vez en la mitología hindú.
Simboliza también el elemento tierra.
El símbolo del elefante portador de un obelisco aparece en Italia hacia el s.XIV como producto de la confusión entre las ideas del Physiologus y de otros antiguos bestiarios con la mencionada imagen del elefante sabio, noble, puro y devoto que acompaña el árbol de la vida o de la sabiduría, transmitida a través de Persia y Bizancio.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.