Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
Piedra preciosa formada por carbono cristalizado, diáfana y de gran dureza. Apreciado en la magia desde tiempos remotos, era utilizado como panacea para ciertas enfermedades.
Es un símbolo, al igual que otras piedras preciosas, de los conocimientos morales e intelectuales. Es también un símbolo de la pureza, la sabiduría y la fuerza.
En astrología* se relacionan las características favorables de esta gema con los que han nacido bajo el signo de Leo.
En ocultismo el diamante es favorable al ojo derecho. Significa asimismo el coronamiento y culminación de todo proceso constructivo.
En la ciencia oculta se reconoce al diamante como símbolo del Adepto, y entre los rosacruces el rubí es comparado con el diamante.
Tal vez podría definirse mejor aludiendo al "alma de diamante del místico" y al "alma de rubí del ocultista" involucradas en el "cuerpo de diamante del Adepto de ambos rayos".
Visto por lo general, como la suprema perfección de los cristales, en razón de lo cual viene a representar la pureza absoluta, la espiritualidad, la incorruptibilidad.
En la India fue ocasional símbolo de la inmortalidad; así el tronco de Buda es de diamante.
El eje del mundo también lo es, de acuerdo con Platón.
En Europa las creencias populares atribuyeron al diamante diversas propiedades mágicas: curaba enfermedades, servía de antídoto contra venenos, ahuyentaba fieras, brujas y malos espíritus, confería la invisibilidad a su portador y ganaba los favores de las mujeres.
En el Renacimiento fue símbolo, sobre todo, de valentía y fuerza de carácter.
El Physiologus dice que el diamante es más poderoso que el hierro, y como raya todos los materiales sin ser rayado, remite a la conclusión de que "así mi señor Jesucristo juzga a todos, sin que nadie pueda juzgarle a él".