Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
Está representado en el decimoquinto arcano del tarot* como una figura alada, andrógina, que lleva en la mano una espada sin puño. Simboliza los instintos más bajos del hombre, las artes mágicas, el desorden y la perversión.
Pudiera constituir el baphomet de los Templarios*, con cabeza y patas de macho cabrío, y senos y brazos de mujer.
El diablo busca la regresión a los planos inferiores, a lo fragmentado, lo diverso y lo discontinuo (Cirlot).
Del griego acusador, difamador (diabolo), representa la encarnación suprema del mal, el enemigo de Dios.
Ha sido conocido con diversos nombres: Satanás, Belcebú, Lucifer
Espíritu del mal mencionado en los panteones de todas las mitologías y religiones y cuyas características, aunque fundamentalmente las mismas, varían de acuerdo a las naciones y a las épocas.
Del griego diabolos, el calumniador, el que siembra la discordia, en hebreo Satán.
Cualquiera de los ángeles que según la doctrina cristiana se rebelaron contra Dios, y especialmente el principal de ellos, Lucifer, el mismo que sedujo a la primera pareja humana y desde entonces "el Príncipe de este mundo".
Representado desde el cristianismo primitivo como serpiente, dragón, león, basilisco, áspid; en el siglo IX como ángel desnudo y de color oscuro; a partir del s. IX como demonio o ser quimérico, fantástico y grotesco, andrógino con algunos rasgos de sátiro, con innumerables variantes hasta el siglo XVI; el máximo énfasis en la representación lo pusieron los artistas de la época de la Reforma (Durero, J. Ammann, el Bosco, P.Bruegel).
Los asuntos más frecuentados: las tentaciones de Cristo o de algún santo, especialmente san Antonio, los ángeles caídos, el pecado original, el Juicio final.
A partir del Renacimiento italiano y del barroco va prevaleciendo la figura humana, a la que se añade profundidad psicológica a partir del s. XIX: