Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
La columna posee una clara significación fálica, perteneciente al grupo cósmico de los llamados «ejes del mundo». Entre éstos se encuentran los mástiles, las cruces, etc.
En el esoterismo las columnas suele ser siempre dos, para simbolizar cósmicamente el concepto de la estabilidad.
Estas dos unidades que integran el número dos tienen cualidades perfectamente diferenciadas; el uno corresponde al principio masculino, afirmativo y evolutivo; el dos, por el contrario, al femenino, pasivo e involutivo.
Según los investigadores herméticos, las dos columnas que se alzan a la entrada de los templos representan las ideas de evolución e involución, el bien y el mal.
Imagen de la unión entre los cielos y la tierra; en tanto que soporte del edificio, símbolo general de fortaleza y paciencia; por extensión el "edificio" puede ser la cohesión de una comunidad o de una institución.
En su forma completa, con basa, fuste y capitel, su simbolismo se acerca al del árbol de la vida (la basa son las raíces, el fuste es el tronco y el capitel representa la copa; véanse, por ejemplo las columnas egipcias, corintias, románicas y góticas).
Otras veces se ha visto en ellas una representación de la figura humana, a lo que apunta especialmente alguna denominación como "capitel", que deriva de "cabeza", asó como la ocasional colocación de atlantes y cariátides en lugar de las columnas.
La Biblia alude a unas columnas que sustentan el mundo y que Dios derribará el día del Juicio Final.
El atrio del Templo de Salomón tenía dos columnas de bronce simbólicamente importantes llamadas la de la derecha Joaquim (él mantiene firme) y la de la izquierda Boas (él guarda la fuerza); las reproducciones de estas dos columnas ocuparon luego lugar importante en los templos de los francmasones.
Aparte de las columnas con función arquitectónica, muchas culturas han erigido también columnas solitarias, por ejemplo la irminsul de los sajones, que sin duda representaba el eje o soporte del mundo, y las numerosas columnas triunfales de la Antigüedad, como la de trajano en Roma, provista además de una ornamentación en franjas que describe las hazañas del césar, o también las numerosas columnas o estatuas de Rolando que servían para delimitar señoríos o jurisdicciones.
En las costumbres cristianas tenemos columnas penitenciales, conmemorativas, de la Pasión y otras muchas. En ocasiones y sobre todo si se vinculan con cultos de la fecundidad pueden revestir un significado fálico.
La columna de fuego y de nubes en que se convirtió Dios para conducir al pueblo de Israel por el desierto aparece aludida con frecuencia como símbolo místico.