Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
El movimiento, secta o Iglesia del Cristianismo Científico (Christian Science) fue fundada en la segunda mitad del s. XIX por Mary Baker-Eddy*.
Entre sus principios más sobresalientes se encuentra la afirmación de que los trastornos físicos no tienen su causa en la materia sino en la mente.
Así pues la enfermedad está, con frecuencia, inducida por el miedo; y la curación depende de que se introduzca la verdad en el individuo enfermo.
Por ello, los miembros de la secta no toman medicamentos y rechazan los métodos terapéuticos ortodoxos, limitándose a utilizar sus propios recursos espirituales.
En especial, la oración es el instrumento básico de curación.
Muy extendida por los Estados Unidos, esta secta religiosa se ha implantado con vigor en muchos otros países.
Movimiento religioso fundado por Mary Baker Eddy (1821-1910) en Estados Unidos.
Se basa en la Biblia que es definida por la señora Baker Eddy como "la ley de Dios, la ley del Bien, que explica y demuestra el Principio divino y la Regla de la Armonía Universal". Sanada de una enfermedad crónica por un mesmeristas llamado Quimby, la fundadora de la Ciencia Cristiana se convenció de que las enfermedades son la consecuencia lógica de las ideas erróneas, sobre todo la de tomar la materia como realidad única.
Aseguraba que Cristo había realizado curaciones por la fuerza de su influjo personal y pretendió haber averiguado en que consistía el secreto de aquella fuerza.
Con tales ideas escribió el año 1875 una obra titulada "Science and Health with key to the Scriptures" donde expuso el cuerpo del nuevo movimiento conocido como Ciencia Cristiana. Cuatro años más tarde abrió en Boston el primer centro de la nueva confesión, desde donde se extendería por todo el mundo.
La principal enseñanza de Mary Baker Eddy se basa en declarar la enfermedad como credulidad, miedo latente que se manifiesta en el cuerpo bajo diversas formas de temor y malestar que incoscientemente se integra en el pensamiento silente. Por ello el hombre debe mantenerse siempre de acuerdo con la armonía que marca el ritmo del Universo.
El culto se encuentra reducido a su más simple expresión, consta de la lectura alternada de los versículos de la Biblia y del libro de la señora Baker Eddy.
Carecen de sacerdocio ordenado y los servicios dominicales son dirigidos por lectores.