CASTANEDA

CASTANEDA

Castaneda, Carlos (1925 ?-1999) Antropólogo americano. Los datos biográficos referentes a los primeros años de su vida se hallan envueltos en ciertas contradicciones, fomentadas por él mismo. En todo caso parece lo más probable --según los datos que aparecen en el Registro de Inmigración de San Francisco— que hubiera nacido en Cajamarca, Perú, en donde llevó a cabo sus estudios de bachillerato. En 1960 lo encontramos en Los Ángeles, en cuya universidad estudia antropología. Considera que para facilitar la consecución de su título lo mejor es realizar algún tipo de publicación científica. Escoge entonces el estudio de los hongos alucinógenos, y para ello decide trasladarse periódicamente a México.

Es aquí donde aparece su famoso maestro, personaje de la mayoría de sus obras y mito indiscutible de los años 60: don Juan Matus.

Castaneda afirmaba que había conocido a don Juan en una estación de autobuses de Arizona. Según confiesa, se acercó al viejo indio yaqui y con cierto aire de petulancia le dijo que estaba interesado en conocer el peyote y otras plantas alucinógenas, de las cuales don Juan poseía un amplio conocimiento. Tras ponerle a prueba, el chamán le tomó como discípulo. Este aprendizaje duró varios años y sirvió a Castaneda para que pudiera escribir sus obras más famosas: Las enseñanzas de Don Juan, Una realidad aparte, Viaje a Ixtlán y Relatos de Poder.

Varios estudiosos del «fenómeno Castaneda» se han preguntado si este don Juan no pertenecería más que al mundo de la mera fabulación literaria. Pero siempre que se le ha preguntado por su maestro, Castaneda se ha mostrado rotundo: Don Juan Matus fue un ser real, un indio yaqui de Sonora que, posteriormente, se trasladó a una población no identificada de Arizona.

Cuando el antropólogo le conoció tenía unos setenta años, si bien poseía un vigor y una capacidad fisica propias de un hombre joven. Es posible también que el nombre de Juan Matus no sea más que un seudónimo que encubra la auténtica personalidad del maestro. Sea como fuere, el personaje se convierte en las obras de Castaneda en un individuo entrañable, poseedor de una sorprendente sabiduría. Un auténtico maestro, en la completa acepción del término.

Las tres drogas que don Juan utiliza con su aprendiz Castaneda para que éste pueda romper la visión racional y condicionada del mundo que le rodea son la datura, el peyote. y un cierto tipo de hongos de la familia pscilocybe.

Para don Juan la datura es una fuerza femenina, que suele mostrarse imprevisible y violenta. El hongo, por el contrario, es masculino, amable y previsible. El peyote, al que denomina mescalito, es un ser superior que guía al neófito por la vía del conocimiento y de los misterios.

Esta técnica de la utilización de plantas psicotrópicas por parte del sabio brujo yaqui fomentaría en un amplio sector de los lectores de las obras de Castaneda la falsa creencia de que las sustancias alucinógenas son imprescindibles si se quiere acceder a otras realidades. Pero como el propio don Juan aclarará, el uso del peyote y del resto de las drogas es útil solamente en una primera etapa, ya que el individuo ha de adentrarse en «el mundo del brujo» por sí solo.

Este mundo del brujo difiere sustancialmente del nuestro; o, mejor dicho, de nuestra manera de interpretarlo. Porque mientras solemos ver el mundo como algo externo, que está ahí afuera, alejado de nosotros y separado por la barrera infranqueable de nuestra individualidad, el brujo se siente completamente inmerso en él, se funde con él, es ese mundo. No necesita de elaboraciones, de interpretaciones, no establece rupturas. Su fusión con la naturaleza es, por tanto, absoluta y completa. Ello le permite establecer unos vínculos con cuanto le rodea que al individuo ordinario le parecen fruto de la magia; por ejemplo, es capaz de hablar con los animales y con las plantas, porque él es también planta y animal.

Uno de los temas preferidos de don Juan es la exposición de lo que denomina «la vía del guerrero». A su juicio, el guerrero es aquella persona que obra en todo momento como si cada acto que lleva a cabo fuera el último de su vida. Tal actitud le exige una forma de actuación «impecable», como él dice. El guerrero vive el momento presente de forma íntegra y pura, sin mancillarlo con ningún tipo de interferencia mental. La consecuencia de ese constante estado de atención es «la acumulación de poder». Castaneda confiesa que antes de conocer a don Juan era una persona poco madura y con una mente en continuo estado de agitación. Era agresivo y engreído, pero sólo aparentemente, pues en su interior se mostraba indeciso e inseguro. «Don Juan me enseñó a observar el exterior, a ver la magnificencia del mundo y el modo de acumular poder personal.»

En las distintas obras de Castaneda, la impresionante personalidad de don Juan va cautivando al lector poco a poco. El autor sabe recoger a la perfección la savia de la filosofía de su maestro, supuesto o real. Una filosofía que muchas veces concuerda con los principios del budismo, del Zen, de la filosofía vedanta o del moderno existencialismo; pero que tiene unas coordenadas personales e intransferibles que hacen del viejo chamán yaqui un maestro indiscutible.

Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.