BOSCO

BOSCO

El Bosco

(Hiëronymus van Aken, 1450 - 1516)

Pintor flamenco en cuya obra creen encontrar algunos investigadores la expresión de ciertas teorías esotéricas de su tiempo.

Nació en la pequeña población de Hertogenbosch, (Bois-le-Duc, de donde viene su apelativo castellanizado), en el Brabante septentrional.

El Bosco pertenecía a una modesta familia de artesanos locales. Inició su formación pictórica en el pequeño taller familiar, en el que habían trabajado antes que él su abuelo y su padre, también pintores.

Es posible que viajase por los territorios de Flandes, pero se cree que pasó la práctica totalidad de su vida en su pequeña localidad natal.

Pintor de sorprendente imaginación y de técnica muy personal.

Fue católico ortodoxo y miembro de la Cofradía de Nuestra Señora, relacionándose, muy posiblemente. con la Hermandad de la Vida en Común, asociación religiosa que estimulaba la meditación, la vida ejemplar, la caridad y la pureza de espíritu.

El Bosco conoció, sin duda, los escritos religiosos y profanos de su tiempo, al igual que las consejas y leyendas populares que le sirvieron, en algunos casos, de elementos pictóricos.

En la obra del Bosco tiene mucha más importancia el Mundo, el contenido, que la forma, ésta, en ocasiones, muestra un cierto arcaísmo con respecto a las corrientes artísticas del momento. Sus figuras son frágiles y a veces Incorrectas en los detalles, puesto que, si bien emplea las técnicas flamencas, prefiere la expresión al pormenor y el ambiente bullicioso y abigarrado, a la claridad conceptual.

El Bosco da en sus obras claras muestras de su conocimiento de un buen número de las supersticiones y leyendas de aquellos tiempos de la baja Edad Media en periodo en que vivió.

Al mismo tiempo se manifiesta muy sensible a las corrientes y escuelas ocultistas de la época, al hermetismo de la alquimia*, etc. No es extraño que la manifestación de estos conocimientos, unida a una imaginación desbordante —lo que convierte su pintura en algo siempre vivo y apasionante— causara notable extrañeza en su tiempo, haciendo que no pocas de sus tablas fueran destruidas al ser consideradas heréticas.

Obras como La extracción de la piedra de locura, El carro del heno y, sobre todo, El Jardín de las Delicias, muestran un rico simbolismo.

Esta última pintura, en especial, constituye el culmen de toda su capacidad inventiva, basada en mitos y tradiciones medievales. Sobre esta obra en particular se han construido hipótesis muy variadas, pero resulta sumamente difícil acogerse a cualquiera de ellas, teniendo en cuenta lo ambiguo de una particular interpretación. No obstante, se ha pensado que El Bosco pudo aludir en ella, entre otros temas, a la secta herética de los adanatas* o Hermanos del Libre Espíritu. De todos modos, la opinión más extendida es que se trata de una sátira moralizante, aunque de contenido muy difícil de analizar.

Pocos son los temas sociales o religiosos que logran escapar a la ingeniosa sátira y a la profunda visión crítica de este genial pintor. Definitivamente preocupado por dejar constancia de las miserias que constituyen el patrimonio del espíritu errado, El Bosco encuentra en el inmenso patrimonio de su imaginación todos los recursos necesarios para ofrecer un mosaico vivo, al tiempo que una visión incomparable, de las innumerables encrucijadas existentes en el camino del espíritu.

Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.