Es de suponer que en principio sería la acción de trasmitir el alma, en tanto que reside en el aliento, concibiéndose también como transmisión de fuerzas y de vida.
Expresión por lo general de entrega espiritual y señal de veneración, ya que aparte de la realidad de su contenido erótico (sublimado simbólicamente en las ceremonias matrimoniales) , el beso también siempre ha tenido un significado sacro.
En Egipto, por ejemplo, se besaban los pies al reydios, y no son pocas las culturas que exigieron esa muestra de sumisión al soberano, al sumo sacerdote o al juez.
En la antigüedad se besaba el umbral del templo, el altar y la imagen del dios. Aún hoy os islámicos emprenden peregrinación a la Meca para besar la piedra negra de la Ka'aba.
El cristianismo primitivo, el ósculo de la paz, o de la hermandad, era señal de pertenencia a una misma comunidad (y forma parte de la celebración de Pascua de la Iglesia oriental), como también lo es en algunas agrupaciones no religiosas, así como entre parientes y amistades, aunque con el significado simbólico bastante atenuado en estos casos.
Los besos en el altar, en la Cruz, en las Escrituras, en las reliquias, etc., son en la literatura cristiana símbolo y también prenda de unión espiritual.
En la Edad Media el beso fue también testimonio de reconciliación. Una especie de sucedáneo del beso representa el beso arrojado, gesto que parece inspirado en nociones mágicas.
La utilización abusiva se recuerda en el beso de Judas, todavía hoy símbolo de amabilidad hipócrita en nuestro idioma.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.