Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.
Es uno de los símbolos más difundidos y semánticamente más ricos; en tanto que potente representación del reino vegetal, adquiere trascendencia religiosa como imagen o morada de divinidades o poderes luminosos. Las especias caducifolias con su vestido de hojas que se renueva todos los años expresan la muerte siempre vencida por el reencarnamiento de la vida; las de hoja perenne simboliza la inmortalidad. La figura del árbol con sus raíces firmemente plantadas en el suelo, el tronco recto y ascendente y la copa que parece querer abarcar el cielo sirvió con frecuencia para expresar la idea de la vinculación entre los dos aspectos cósmicos, el de lo subterráneo, ctónico, telúrico, y el de lo celestial.
Estos a su vez contribuyen a formar la idea del Arbol del Mundo como soporte del planeta o más a menudo como figuración del eje planetario (por ejemplo, en la mitología nórdica que siempre verde fresno y Ygdrasil); las ramas y el follaje de estos árboles del mundo suelen estar poblados de animales mitológicos y ánimas de difuntos o nonatos (a menudo representadas por pájaros), o es el lugar donde se oculta la Luna y el Sol después del ocaso; aludiendo probablemente al zodiaco hallamos en alguna mitología, especialmente la india y la China, doce pájaros solares que habitan en la copa del árbol del mundo y que además pueden simbolizar diversas etapas de la evolución espiritual o del ser.-
Son muy corrientes las interpretaciones antropomórficas del árbol (que crecen seguido como el ser humano y como éste nace, se desarrolla y muere) y algunos pueblos, por ejemplo de Asia central, Japón, Corea, Australia, los consideran antepasado mítico del hombre. Análogo sentido de identificación tiene la ceremonia difundida todavía en varias regiones de la India que consiste en casar a la novia con un árbol antes de la boda propiamente dicha; y también las bodas simbólicas entre dos árboles cuya vitalidad se requiere transmitir a una determinada pareja humana.- Como proporciona fruto, sombra y cobijo el árbol es símbolo femenino y materno en muchas culturas aunque el tronco por su verticalidad reviste significando fálico.- También es muy común la asociación entre el fuego y el árbol, así como la energía vital atribuida a éste; se concibe el fuego como una potencia oculta en la madera siendo preciso frotar para extraerla.-
En la tradición hindú figura la noción de un árbol invertido, es decir que arraiga en el cielo y extiende sus ramas bajo tierra, posible símbolo de la energía vivificante del Sol, en lo físico, y de la Luz o iluminación espiritual. El árbol invertido según el Bhagavad Gita representa como todo lo que se nace de una causa primigenia: las raíces son el principio de todo lo fenoménico, las ramas su realización concreta y detallada. Aún son posibles otras interpretaciones; en la cábala es el árbol de la vida y para el Islam, el de la felicidad. En La Divina Comedia (purgatorio, canto 22), Dante dice que el árbol del conocimiento crece de arriba a bajo, que no puede ser escalado y que sale de entre sus ramas una voz que va desgranando ejemplos de templanza.-
En la Biblia hallamos dos figuraciones principales, en el árbol de la vida y el de la ciencia del bien y del mal; el primero simboliza la abundancia paradisíaca originaria y también la promesa de su recuperación al final de los tiempos; el segundo con sus frutos seductores la tentación de obrar contra los preceptos divinos. En su arte y literatura el cristianismo traza frecuentes vínculos simbólicos entre los árboles paradisíacos y el leño de la cruz "que nos ha devuelto el edén" (Cruz enramada) y que es el "verdadero árbol de la vida".-
El psicoanálisis aprecia en el árbol un campo simbólico importante, relacionado con la madre, con el desarrollo psíquico - espiritual y también con la muerte y el renacimiento. Árbol de Navidad, Arbol de la vida, Arbol philosophica, Credo, Ciprés, Ciruelo, Cruz enramada, Fresno, Higuera, Manzana, Melocotonero, Olivo, Peral, Tilo.
Uno de los signos más fundamentales de innumerables tradiciones esotéricas es el árbol. Constituye uno de los símbolos básicos de la tradición. Para los celtas, la encina constituía el árbol sagrado, para la India es la higuera, y para los antiguos germanos lo era el tilo. En la mitología hay numerosas referencias a la fusión de árboles y dioses, Se ve en el árbol un símbolo de la vida del cosmos; y, en este sentido, estaría relacionado con la vida inagotable, con la inmortalidad. Este mismo simbolismo es aceptado por Eliade, que ve en el árbol el símbolo de la «vida sin muerte». También en el ocultismo se considera al árbol como símbolo de las fuerzas en desarrollo que surgen de la tierra. Asimismo se le contemplaba como representación de la vida vegetativa y subconsciente.
Es uno de los temas más rico en símbolos unidos a las diferentes creencias, ya que no sólo se puede buscar una interpretación por su forma, sino también por la especie, por las hojas, por la mánera de ser del tronco, por la de las ramas... Mircea Eliade habla de hasta siete interpretaciones diferentes aunque orientadas todas ellas hacia el Cosmos vivo en constante regeración.
El árbol es el mejor símbolo existente para identificarlo con el proceso de los tres niveles: subterráneo, las raíces se hunden en el suelo; la superficie, el tronco sale de la tierra y las ramas más bajas se encuentran cerca del suelo; por último, el cielo, las ramas altas, la tendencia del tronco y la altura de la copa.
Señalando que cada especie contribuye de alguna forma a los diferentes rituales, nos vamos a centrar en dos generales y prácticamente comunes a todos los árboles, a la vez que aceptadas por casi todos los pueblos. Por una parte es la atribución de ser "eje del mundo", y por otro su correlación con la vida. Por emerger de la tierra y tender hacia el cielo se le hace partícipe de las relaciones entre lo humano y lo divino, lo que significa por extensión que estamos ante el símbolo del eje del mundo alrededor del que todo se mueve, dualidad cuerpo-espíritu. En algunos pueblos siberianos el árbol ocupa el centro de la yurta y lleva las entalladuras que señalan los grados de ascensión hacia el cielo. Para los chinos el "madero erguido" o árbol Kien-mu, ocupa el centro del mundo, posee nueve ramas y nueve raíces, tocando así los nueve cielos y los nueve manantiales.
Por otra parte, se equipara la savia que circula por las "venas" del árbol con el rocío celeste. Debajo de él se puede recibir la fuerza del cosmos, como lo muestra el hecho de que Buda alcanza la iluminación cuando se encuentra sentado debajo del árbol Boddhi.
Pero es también símbolo de la vida, como lo hace patente la existencia de dos tipos de hojas en sus ramas, una, la caduca que no hace sino recordar al hombre el ciclo de la muerte; y otra, la perenne, la de la inmortalidad de la vida. Por ello podemos considerar al árbol como un signo de la regeneración perpetua.