Durante el desarrollo del siglo XVI y a la sombra de las palabras de Lutero sobre la cultura y la fe, se produce un movimiento sectario que fija su dogma en la máxima: "Para salvarse no es necesario saber leer ni escribir", lo que implica la posibilidad de que cada persona sea dueña de interpretar a su modo las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. No obstante, y para que el movimiento tuviese cuerpo hay que esperar a la participación en el mismo de uno de los discípulos de Lutero, Nicolás Storch.
Nacido en Stoolberg a finales del siglo XV, Storch pasó de ser un fiel discípulo de Lutero a encontrarse perseguido por los protestantes. Afirmaba que cada cual podía conocer el espíritu de los libros sagrados, así como buscar el significado e interpretación de sus textos, como lo hacían los hábiles doctores, ya que Dios es quien da la inteligencia de ellos a cada hombre, sin el auxilio de otros libros ni ciencias, y sin otro medio que su propia voz en la mente humana. Por ello, el estado de estudio es pernicioso, pues sólo sirve para producir distracciones e impedir estar atento a la voz de Dios en el interior, perdiendo el camino de la salvación.
Estas teorías dieron origen a un amplio movimiento que se extendió rápidamente por tierras alemanas gracias a la labor de sus miembros, fundamentalmente campesinos. Tras la muerte de Storch, el año 1525 en Munich, otro de losus discípulos de Lutero, Münzer, captó sus ideas para añadirlas a las propias, apareciendo así la secta de los Anabaptistas, realidad conformada por la integración de los abecedarianos en el grupo de los Profetas de Zwickau.
Símbolos o conceptos simbólicos utilizado en esoterismo o religiones.