María José Gálvez P, psicóloga clínica Universidad central,
Diplomada Neuropsicología PUC,
Unidad de Geriatría Hospital FACH.
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Teléfono: 09-7416550
Florencia tiene 19 años, cada vez que el calendario llega a Septiembre un temor la ronda. Ve que sus amigas empiezan a salir cada vez más y usan sus tenidas primaverales, para algunas es el mes del amor, para otros las hormonas se revolucionan, pero la sensación de angustia en ella aumenta. Se siente triste, melancólica, realiza sus actividades estudiantiles con un gran grado de esfuerzo y cada vez que llega a su casa se da cuenta que no disfrutó durante el día, que lo único que quiere es dormir y que definitivamente sería mejor "dejar de estar".
El caso de Florencia es algo común en esta época, año tras año miles de personas son victimas de las "depresiones primaverales", depresiones que aumentan en esta época del año y que luego se empiezan a normalizar. Muchos expertos están de acuerdo en decir que no se trata solo de la primavera, sino que de cambios de estación que hacen que la luz varíe. Las depresiones hacen que los ritmos circadianos, ciclos de sueño vigilia se vuelvan más sensibles a los cambios de luz.
A esto se suma que para muchas personas esta época del año se relaciona con períodos de estrés, vuelta de feriados dieciocheros y agotamiento.
Con todos estos factores las tasas de suicidio aumentan, los registros dicen que la primavera y fin de año son los períodos donde más se da este fenómeno.
Sabiendo todo lo anterior es importante poder identificar las depresiones y diferenciarlas de las bajas de ánimo que se dan de manera normal.
Las personas con depresión pierden la capacidad de goce, las cosas les dan lo mismo, tienen una baja importante de energía, a veces refieren problemas de memoria y concentración y generalmente tiene una sensación de culpa; es decir, se atribuyen responsabilidades por todos los hechos negativos que les ocurran a ellos mismos o a los demás. Esto tiene consecuencias negativas sobre sus actividades cotidianas y una duración mayor a 2 semanas.
En el caso de las bajas de ánimo normales estas generalmente tienen un episodio que las gatilla durante el día, por ejemplo haberse sacado una mala nota, pelear con alguien querido o pasar malos ratos. En las bajas de ánimo las personas no dejan de disfrutar, ven el mundo con esperanza y no se culpabilizan por hechos externos a ellos. Una vez que se cambia de foco de atención estas se van atenuando y son transitorias.
Si es que usted identifica estos síntomas en alguien conocido o incluso en usted mismo no dude en consultar a un especialista. También recuerde que en esta época las personas van a estar más sensibles y que una palabra de aliento, un gracias, las felicitaciones y los piropos en esta época serán muy bienvenidos.
…….Por último puede pensar que ya han pasado otras primaveras y ha podido sobrevivir a ellas, téngase fe.