María José Gálvez P
Psicóloga Clínica
Diplomada Neuropsicología PUC
Unidad de Geriatría Hospital FACH
mail: mjgalvez60@hotmail.com
Teléfono: 09-7416550
"Will you still need me, will you still feed me, when I`m sixty four"
(The Beatles, década 1960)
Inés tiene 58 años, 2 hijos casados, un marido empresario y solvencia económica. Luego que sus hijos se fueran de la casa, Inés pensó en hacer una sala de pintura en la pieza de uno de ellos y vivir en plenitud ésta nueva etapa de su vida.
Al fin iban a poder estar solos con su marido.
Jueves 12:30 de la tarde suena el teléfono, llaman del hospital, su padre ha tenido un accidente vascular, su madre está desesperada no para de llorar y es incapaz de explicar la situación. Inés corre al hospital, sin preveer lo que le depara el futuro.
Pasa una semana y el panorama empieza a vislumbrarse, su padre ha perdido considerablemente la marcha. Su madre se siente incapaz de manejarlo en la casa.
-¿Qué hacer? se pregunta Inés.
- ¿Y si los llevo a vivir a mi casa?
Hoy en día con el alza en la expectativa de vida nacional (72,63 años; mujeres: 79,42 años, CENSO, 2001) y el gran porcentaje de Adultos Mayores (11.4%) las familias se han visto expuestas a grandes cambios.
Tal como es el caso de Inés muchos hijos se llevan a vivir a sus padres, o cambian sus rutinas familiares con el objetivo de cuidar o asesorar a sus progenitores. Con esta nueva modalidad, como es el caso de Inés, muchas veces se provoca un conflicto entre la familia de origen y la familia actual.
Durante su existencia las familias pasan por diversos ciclos, entre ellos cabe mencionar la partida del hogar, los inicios del matrimonio, la llegada de los niños, la adolescencia de estos, la crisis de la mitad de la vida , el nido vacío y la jubilación. El ser abuelos, la muerte y el duelo.
Actualmente, con la alta esperanza de vida al nacer, se podría estimar que entre el paso del nido vacío hasta la muerte y duelo pasarán aproximadamente 20 a 25 años. Esta cantidad de años requerirá de una acomodación familiar, la cual generalmente se da de una manera desorganizada.
Muchas veces existirá una hija/o en la cual los padres se apoyarán, otras veces, sobretodo en caso de enfermedad, uno de los cónyuges pasará a llamarse "cuidador" y será el encargado exclusivo de la sobrevida del otro.
En algunos casos la independencia en las actividades de la vida diaria se irá deteriorando, así como también las capacidades cognitivas. De esta manera muchas veces la familia verá a los ancianos como dependientes, menos inteligentes, más lentos y menos prácticos.
Los roles dentro de la pareja de Adultos Mayores muchas veces van a ir cambiando, así como también el poder y la jerarquía.
Incluso la totalidad familiar puede variar al incorporar ayuda doméstica, auxiliares de enfermería, y en casos extremos un ejército de personas que brindan tanto servicios médicos como domésticos.
Como se mencionó anteriormente las familias pasan por diversos ciclos, estos ciclos afectan tanto la totalidad, los límites, los roles y la jerarquía dentro de una familia.
Muchas veces ocurre que los roles y la jerarquía van cambiando en la medida que la funcionalidad del paciente va bajando, de ésta manera las personas que lo rodean se dan cuenta que existe cierto grado de deterioro cognitivo, muchas veces asociado a disfunción ejecutiva. (VER DICCIONARIO PSICO-GERIÁTRICO)
De esta manera la familia muchas veces cae en una confusión. Por un lado aparece el respeto hacia el anciano, y por otro lado aparece el miedo y la ansiedad de que no puede realizar solo las tareas que alguna vez ejecutó.
Varias veces la gente consulta al psicólogo acerca de que hacer, si es que inmiscuirse en la dinámica de los padres, si es que ayudarlos, ¿Cómo hacer para no pasarlos a llevar?
Es en estas áreas donde le rol del psicólogo cumple una función bastante importante. Esta función se relaciona con dar información respecto al proceso de envejecimiento, evaluar al Adulto Mayor en sus dominios neuropsicológicos, e intervenir en la familia para poder bajar la ansiedad y reestructurar las dinámicas relacionales. No hay que olvidar que en toda familia al llegar a la madurez existe un background de mitos, ritos familiares, acomodación a la llegada de nietos y a los nuevos roles dentro de la familia.
Así el psicólogo trabajará reestructurando estos nuevos roles, aclarando cuales serán las funciones de cada uno dentro del hogar y a nivel familiar. Los nuevos roles dentro de esta familia serán de gran importancia, porque en términos concretos significarán el uso que cada miembro dará a su tiempo.
En el hombre Adulto Mayor, y en el futuro se dará en la mujer, aparece el proceso de acomodación post-jubilación. El hombre se ve a simismo desocupado, lo cual es algo nuevo en su vida. La mujer, en cambio, cuenta con un rico mundo social caracterizado por amigas y rutinas sociales con parientes, vecinas, clubes, etc...
Por lo tanto, cobra vital importancia el rol que se le dará al hombre en esta re-estructuración familiar. Teniendo en cuenta que éste pasa por un período de cambio, y vive el duelo de dejar de ser (algunas veces) "el" proveedor.
La abuelidad es algo que sirve bastante para el uso del tiempo y para la reestructuración de los roles, el ser abuelos da un nuevo sentido a la vida y re-vitaliza de energía al Adulto Mayor.
Otro tema que debería trabajar el psicólogo es la jerarquía. Muchas veces los hijos se enfrentan a tener que tomar decisiones de tipo legal, financiera y médica. Estas decisiones es importante conversarlas en familia. Siempre teniendo en cuenta el perfil cognitivo del Adulto Mayor, y el respeto hacia sus decisiones.
En este período de la vida, muchas veces se invierte la jerarquía en las relaciones familiares. Los hijos se pueden preguntar hasta donde llegar y como no pasar a llevar a sus padres.