Mi visión del tarot

Javier Martel

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Cuando surge el tema del tarot en cualquier conversación, inevitablemente surgen algunos temas controversiales para quien está interesado en consultar las cartas. Lo primero es el pretendido carácter oracular del tarot, es decir, si éste es capaz de predecir el futuro y el otro es la utilidad de consultar las cartas.

En lo que sigue trataré de responder estas preguntas desde mi experiencia directa de aproximadamente unos 30 años como tarotista y desde lo que he podido estudiar sobre ésta y otras disciplinas.

Para responder estas preguntas es necesario abordar el tema de como funciona el tarot — si es que funciona de alguna manera—, o sea revelar sus secretos, nuevamente, si los tuviera.

Una de las primeras imágenes que surge cuando pensamos en un tarotista es en un personaje misterioso rodeado de humo de incienso y de un halo mágico, de preferencia una gitana o una “madame”, con acceso directo a fuentes de información que revelan nuestros secretos más íntimos y de paso nuestro futuro. Más recientemente, con la explosión del movimiento de la nueva era (new age), estos prototipos se han trivializado un tanto, debido a la explosión de tarotistas que se han acercado a las cartas como fuente de autoconocimiento o como una forma fácil de ganarse un dinero extra después de leer el manual que acompañaba al mazo recientemente adquirido.

La sesión de tarot

Sin embargo, el tarot es mucho más que eso. Lo primero, antes de adentrarnos en el tema de las cartas propiamente tal, es la sesión de tarot que se da entre un consultante y un tarotista. Ésta es única, especial e irreemplazable, en el sentido del flujo de información que circula entre ambos. Un tarotista experto debe ser capaz de interpretar muchas señales verbales y no verbales del que está consultando para hacer aflorar las cuestiones fundamentales que lo apremian y que a veces no son el motivo explícito de la consulta.

Por otro lado, el tarotista, cual taumaturgo, debe ser capaz de crear un clima que predisponga al consultante para visualizar con claridad el motivo de su consulta, ya que esto es la base más sólidas para vislumbrar los caminos más apropiados a su situación presente.

Sobre esto, muchas veces he planteado que la primera actitud del tarotista y su compromiso ético es la de ser un espejo para devolver una imagen lo más exacta de su situación al consultante. La responsabilidad del tarotista es mantener ese espejo bruñido y libre de imperfecciones, a través del estudio y sobre todo evitando que su ego contamine la imagen que se le devuelve al consultante.

La magia científica del tarot

Sobre el tema de las cartas se ha escrito mucha tinta, pero poco se ha dicho sobre la enorme capacidad sistémica de las cartas para funcionar como una poderosa máquina de autoconocimiento y también como oráculo.

Por lo general, se sostiene que el tarot usando un conjunto de símbolos universales es capaz de representar todas las posibilidades existentes en el universo, pero más allá de esta generalidad propia de un adecuado uso de un meta-lenguaje, las cartas ocupan sistemas simbólicos específicos capaces de gatillar en el consultante y en el tarotista, situaciones que en un primer momento están más allá de lo evidente. La virtud de estos sistemas es que tienen la habilidad de apelar a las distintas capacidades de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro integrándolas. La capacidad analógica, la intuición y la síntesis del hemisferio derecho trabajan como un todo con las capacidades analíticas y racionales del hemisferio izquierdo.

Dependiendo de cada mazo y de los conocimientos y habilidades del tarotista, podemos mencionar dentro de los sistemas simbólicos las siguientes claves a:

• El símbolo o tema como por ejemplo en el arcano número XI, La Fuerza.
• Clave numérica
• Clave astrológica
• Clave de colores, muchos mazos siguen una línea colorística específica.
• Formas y clave de geometría sagrada.
• Clave cabalística.
• Clave alquímica.

El uso de una o varias de estas claves de interpretación brinda al tarotista un conjunto de herramientas de interpretación, que pueden alcanzar un alto grado de sofisticación y rigurosidad que hacen del tarot un instrumento tanto o más poderoso que la mayoría de los test proyectivos que usa la psicología científica.

¿Es el tarot un oráculo predictivo?

Por último, sobre este tema que parece ser la objeción más poderosa de lo escépticos —que son los primeros en preguntar cuando aparece el arcano número XIII en su tirada si este efectivamente significa muerte—, podemos decir que se resuelve de una manera simple y bastante lógica.

Todos los seres humanos actuamos en la vida realizando previsiones sobre nuestro futuro inmediato y no tan inmediato. Actuar de esta manera es práctica y eficaz, reduce la incertidumbre y permite proyectar nuestros esfuerzos y energías en torno a los caminos y objetivos que nos trazamos.

El tarot en su aspecto predictivo, actúa de esta misma forma. Dado el contexto de una pregunta realizada por el consultante, se puede vislumbrar que: “su camino va a tener tales y tales características y que este comino conduce en una determinada dirección”.

En este sentido es equivalente a la predicción del tiempo que realiza un meteorólogo, cuya disciplina científica se enmarca dentro de la teoría de la complejidad. Con los datos disponibles en el presente y la experiencia acumulada, realiza una proyección del clima, este pronostico tiene una probabilidad más alta mientras más cerca se encuentra del presente y va disminuyendo a medida que se distancia en el tiempo.

En mis lecturas uso el Gran Tarot Esotérico, con el que he tenido muy buenos resultados y me siento muy cómodo. Si desea una consulta personalizada de tarot puede llamar a los teléfonos:

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